La compañía afronta esta semana el momento de la verdad, con la expiración del periodo de adhesión y del plazo para la homologación de su plan de salvamento, lo que le permitirá saber si es capaz de esquivar el concurso de acreedores que pende sobre ella desde hace casi un año.
En noviembre de 2015, el grupo de ingeniería y energías renovables se acogía al preconcurso asfixiado por una deuda con sus acreedores que superaba los 8.500 millones de euros.
La prórroga de siete meses concedida por el Juzgado de lo Mercantil nº 2 de Sevilla a finales de marzo fue el primer 'match ball' salvado por el grupo para evitar el que sería el mayor concurso de acreedores de la historia en España.