La persiana de Banco Madrid está cada vez más cerca de quedar definitivamente cerrada. La filial española de Banca Privada de Andorra (BPA) , para la que el juez decretó el concurso de acreedores después del escándalo de blanqueo de capitales que estalló en torno a ambas firmas a comienzos del pasado marzo, afronta ya la fase final de su proceso de liquidación.
Encauzada la venta de la gestora de fondos de la entidad, el activo más valioso a la hora de tratar de reducir las pérdidas de los acreedores y uno de los asuntos más espinosos del proceso, la administración concursal se prepara para ir despidiendo a los empleados de la entidad que aún mantenía en nómina.